domingo, mayo 31, 2020

PRIMER LANZAMIENTO DE LA CÁPSULA DRAGON DE SPACEX CON ASTRONAUTAS A BORDO.


Que significa este evento para la humanidad.




El lanzamiento del día de ayer 30 de mayo del 2020 desde la plataforma 39a del centro espacial Kennedy en Florida, representa un acontecimiento histórico para la raza humana ya que puede ser el primer paso del inicio de una nueva carrera espacial que nos lleve a convertirnos en pocas décadas en una especie de expansión multi-planetaria.


Pero porque este lanzamiento es tan importante si el ser humano tiene más de 50 años volando al espacio de manera casi regular? Que lo diferencia de los cientos de lanzamientos anteriores? Principalmente hay tres razones que hacen del vuelo de ayer un evento único en su estilo en la historia de los vuelos espaciales.


En primer lugar hay que resaltar el hecho que este vuelo es el primero de su tipo realizado por un vehículo diseñado y construido por una empresa privada con tripulación humana a bordo. Hasta hace solo pocos años las agencias espaciales de los gobiernos de Estados Unidos, Rusia, China, Japón, la India y la Unión Europea, con sus grandes presupuestos, habían sido los únicos con capacidad financiera y tecnología suficientes para poner carga y seres humanos en el espacio. SpaceX una empresa privada, creada, financiada y presidida por el multimillonario sudafricano Elon Musk, se convierte en una empresa aeroespacial pionera por ser la primera en lograr competir con las potencias financieras del mundo. Esto coloca a los vuelos espaciales comerciales a un paso de hacerse realidad, potencialmente iniciando una nueva era en la exploración del espacio.


El vuelo espacial históricamente ha sido una empresa costosisima, donde se invierten y gastan miles de millones de dólares en cada lanzamiento, el costo del desarrollo y la fabricación de la tecnología necesaria para su realización hacían de esta una empresa prohibitiva para los bolsillos del empresario privado. Pero los profundos bolsillos y la visión única de Elon Musk han logrado lo que parecía imposible. Musk además de SpaceX posee otras compañías pioneras en la ingeniería y la tecnología como Tesla Motors, la primera empresa automotriz en desarrollar y comercializar un automóvil autónomo 100% eléctrico. Otro de los proyectos bandera de SpaceX consiste en el lanzamiento de miles de pequeños satélites que cubrirán la tierra y proporcionarán señal de internet inalámbrica gratuita a toda la humanidad en es transcurso de pocos años. Pero el sueño principal de Musk es la exploración espacial y por esto invierte las ganancias de sus otras compañías para financiar los proyectos de SpaceX, además históricamente se ha rodeado de los ingenieros más innovadores y de gente que comparte su pasión por el espacio.


La segunda razón que hace tan especial el lanzamiento del día de ayer es el vehículo mismo que llevó a los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley de la NASA al espacio, es un cohete único en su estilo y representa un salto tecnológico quantico para lograr viajes eficientes y económicos. El Falcon9 es un cohete de tres etapas que ha sido diseñado especialmente para ser el primer vehículo espacial reutilizable de nuestra historia. Este hecho no es para nada trivial y es la característica más resaltante y lo que lo diferencia y lo separa de todos los demás vehículos espaciales construidos anteriormente por la humanidad. El Falcon9 tiene la capacidad de poner toneladas de carga útil en órbita de manera completamente autónoma y de volver a aterrizar para ser recargado de combustible y ser usado de nuevo casi de inmediato, todo esto a un costo que representa una décima parte de lo que costaba hacerlo en el descontinuado Transbordador Espacial. Y el evento del día de ayer además lo certifica cómo apto para transportar seres humanos hasta la órbita terrestre y la Estación Espacial Internacional. Esto va a conseguir abaratar los costos de los viajes espaciales de manera dramática, haciéndolos más accesibles, rápidos y eficaces. Está tecnología va a convertir a los viajes espaciales en eventos más comunes y menos costosos. Para poner esto en perspectiva, hagamos una analogía con los vuelos aéreos comerciales de la actualidad; hasta ahora los lanzamientos espaciales convencionales se hacían en cohetes descartables que sólo pueden ser usados una vez, estos despegan desde la tierra y luego de completar su ascenso se separan de la carga útil que impulsan hasta la órbita y caen de vuelta a la tierra para destruirse durante el reingreso a la atmósfera o son descartados como basura espacial y se convierten en desechos orbitales. Si esta misma filosofía de operación se usará en el transporte comercial aéreo y se destruyeran los aviones después de cada vuelo, los pasajes aéreos costarían millones de dólares haciéndolos prohibitivos para el 99% de la población.

La reciclabilidad de los vehículos espaciales, o la optimización de sus ciclos de uso, es la característica primordial para hacer comercialmente viables los vuelos espaciales. 


La tercera razón de lo especial del vuelo de ayer radica en que por primera vez en casi diez años se lanzan seres humanos desde suelo estadounidense, arrebatándole a la agencia espacial rusa Roscosmos el monopolio espacial que poseía desde que se realizará el último vuelo del Transbordador Espacial Atlantis en el año 2011. La nave espacial rusa Soyuz era, hasta ayer, el único vehículo humano capaz de colocar carga y tripulación en órbita terrestre. Sin competencia y dada la política rusa de "si no está roto, no lo repares" la tecnología espacial rusa a pesar de ser muy robusta, está estancada, es en esencia la misma que en los años sesenta, ya que sin competencia no hay necesidad de innovación. Los viajes espaciales para Rusia son un negocio muy lucrativo, a la NASA o a cualquier otra agencia espacial, les cuesta unos 80 millones de dólares pagar por un asiento a bordo de la Soyuz y el vuelo exitoso de ayer pone a los rusos en una posición muy delicada, si no se ponen al día, abaratan y mejoran sus sistemas de vuelo se verán fuera del negocio espacial en poco tiempo. Por esta misma razón el vuelo exitoso de SpaceX pone a la humanidad en una posición muy interesante, el umbral de una posible carrera espacial de súper potencias por superarse entre ellas y nada empuja más el descubrimiento y la innovación que la sana competencia. Sin mencionar que ya existen varias compañías privadas a punto de unirse a este nuevo y fructífero negocio, como la Boeing, Blue Origen y Virgin que están muy cerca de poner en operación sus propios vehículos comerciales espaciales reusables. Por otro lado la SpaceX de Elon Musk no se conforma solo con el hecho histórico que ya ha logrado, tienen sus objetivos bien claros y ya están trabajando en su próximo vehículo espacial reusable; la nave Starship y su cohete lanzador Super Heavy que tienen como misión llevar seres humanos al planeta Marte de manera eficiente para poder poner en este planeta el primer asentamiento humano de la historia y así comenzar nuestra exploración y conquista del sistema Solar.


Todo esto se sucede en nuestra hora más oscura como civilización, una pandemia nunca antes vista azota al planeta entero, hambrunas, delitos raciales y odio están a la orden del día. Por otro lado los recursos naturales del planeta se agotan rápidamente y la contaminación ambiental amenaza con disparar una crisis en el ecosistema. Por todo esto es primordial que contemos con una meta que nos devuelva las esperanzas en nosotros mismos, que haga sacar lo mejor de nosotros y nos una en un fin común. Además explorar nuestro sistema solar y los demás planetas que orbitan en él, nos dará una nueva perspectiva de la vida y nos asegurarán un hogar lejos de nuestro hogar en caso que lo necesitemos. Debemos volver a encender la chispa de la innovación y de la exploración, re encontrarnos con la motivación que llevó a los exploradores del siglo XV a cruzar los mares hacia tierras inexploradas y alimentar la llama de la imaginación en nuestros hijos y en las generaciones futuras para que sigan con el camino que empezamos a trazar y cumplan en un futuro próximo las metas que nosotros apenas comenzamos a soñar.